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lunes, 6 de septiembre de 2010

Tarifa con curvas

Ojeando el ABC de ayer, veo muchas noticias. Unas más que otras, me indignan, me impresionan, me asustan o me sorprenden. Con alguna de ellas tengo hasta un "dejavu"...

Pero sólo una reunía todas esas condiciones en tres columnas: indignación, impresión, miedo, sorpresa .... dejavu.... ; para quien use este medio tan cotidiano, entretenido, didáctico, práctico, adictivo, y, en resumen, maravilloso, llamado Internet, seguro que la noticia a la que me refiero le provoca, como mínimo, todos los sentimientos antes descritos: "el fin de las tarifas planas se presenta como el único medio para que las "telecos" inviertan en mejorarlas"; ahora se me ocurre traducir esto al lenguaje real, descifrar el mensaje que yo creo leer entre líneas en esa frase: "Más pronto que tarde, pagarás internet según lo que lo uses, porque los directivos quieren ganar 1000 millones y no 900".

¿Verdad que indigna, impresiona, asusta, sorprende? ¿Verdad que no es la primera vez que oyen hablar de esto?. Yo tampoco es la primera vez que oigo hablar de esto.
De hecho, desde que soy usuario de internet, allá por el 2000, ya se publicaban noticias de este estilo. La diferencia es que en el 2000 habría un par de millones de usuarios totales y ahora hay, sólo de banda ancha, unos diez millones: los clientes ya están captados.

Los operadores de telecomunicaciones (Telefónica, Ono, Vodafone, Orange....) argumentan que con el crecimiento exponencial de usuarios, las "altas" velocidades ofrecidas, el aumento de los requerimientos de las páginas web y las descargas de contenido, las redes actuales están al límite de sus posibilidades, y las compañías no pueden hacer frente a las inversiones necesarias para acondicionar la red al perfil actual de consumo.

No sé a ciencia cierta si las operadoras pueden o no hacer frente solas a la ambiciosa inversión que se requeriría (mi opinión personal es que sí), sólo sé que a día de hoy debe haber fórmulas intermedias que, ni comprometan a los consumidores asiduos de internet a recortar su consumo, ni provoquen el colapso de la red por falta de inversión.

Desde mi limitado conocimiento en estas materias, pienso que algunas de estas soluciones pasan por:
-Crear una tarifa plana a una velocidad intermedia (por ejemplo 6 megas e inferiores) suficientes para el usuario medio, y cobrar sobrecostes por incrementos de velocidad.
-Establecer prioridades de descarga para los usuarios según su antigüedad en la compañía.
-Cobrar cánones especiales a aquellas páginas que se sirven de la infraestructura para obtener beneficios económicos a partir de una facturación determinada (por ejemplo Google o Youtube).

Lo que es cierto, es que Internet se ha vuelto muy necesario en nuestra vida diaria, y tan presente como la televisión. Las compañías han aprovechado durante estos años para captar la clientela y hacer de internet un servicio imprescindible, de la misma forma que a principios del siglo XX hicieron las eléctricas; cabe destacar que la idea de cobrar internet por la cantidad de datos consumida es una idea vieja: las eléctricas cobraron en España hasta mediados de los años cincuenta mediante una tarifa fija. Cuando la necesidad estaba creada, se empezó a tarificar por consumo.

ESPERANZAS DE FUTURO.

Pero que tengan cuidado las empresas de telecomunicaciones, porque existen métodos alternativos al ADSL actual, que, aunque aún en pañales, pueden emerger en cualquier momento: la tecnología PLC (mediante el uso de la red eléctrica convencional) está apareciendo, y las infraestructuras ya están operativas, dan más velocidad y supondrían el fin de la dependencia a las "telecos"; por supuesto, las eléctricas no se van a quedar al margen del pastel de la información, que seguirá creciendo porque las nuevas generaciones ya no conciben una casa sin internet. Ellos crearon nuestras necesidades, pero las satisfaremos con quien nos las ofrezca a un precio más asequible.

También es posible que haya compañías que no estén, en un momento dado, dispuestas a dar el cerrojazo a la tarifa plana. La posición de privilegio de Telefónica se basa (bajo mi humilde punto de vista) en un principio fundamental: confianza del cliente tradicional con precios poco competitivos pero controlados por una tarifa plana, que a su vez ha salvado el negocio de los teléfonos fijos y ha promocionado su televisión por cable, Imagenio, además de su notable servicio de atención al cliente, que el usuario valora enormemente.
Si Telefónica asume que tiene que cobrar por el tránsito de datos, las diferencias de precio con sus competidores se dispararían, a menos que redujeran drásticamente su modelo de tarificación o sus beneficios. Básicamente, y observado desde el punto de vista de un usuario común, Telefónica sería la gran perjudicada de un cambio en el sistema de tarificación.

En fin, no sé cual será el futuro de este problema. Lo que está claro es que como siempre, saldrá perdiendo el consumidor, una vez más indefenso ante las decisiones de los de siempre.

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