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lunes, 24 de diciembre de 2012

La desunión de las izquierdas

En 1923, Alemania era un Estado insolvente, que tenía que afrontar una deuda impagable, que pagaba con carretillas de billetes sin ningún valor a sus funcionarios, que tenía la inflación más alta de la Historia hasta ese momento. Algunos alemanes usaban los billetes para empapelar sus casas, otros para encender la estufa.
Por aquel entonces, los dos grandes partidos de la izquierda, el SPD (socialista) y el KPD (comunista) estaban a la greña y eran rivales entre sí, sus juventudes se peleaban en la calle, mientras que un pequeño partido populista y de extrema derecha cuyas siglas muchos no recuerdan (NSDAP) predicaba en el desierto de Baviera. Este pequeño partido, que empezó con 7 miembros, fue votado en 1933 por trece millones y medio de alemanes. La continuación de esta historia ya la saben. El Partido Nazi floreció,en gran medida, por causa de la inacción y falta de unidad de las izquierdas.

En 1936, el Frente Popular (una coalición de republicanos y partidos de izquierdas) ganó los comicios. Pero esta supuesta coalición era una jaula de grillos, divididos entre sí, sin la fuerza que da un mínimo de unidad y un consenso, aunque fuera de mínimos. Ya sabemos qué pasó cuando las divididas y anárquicas fuerzas de la Segunda República hubieron de enfrentarse a un Ejército preparado, ordenado y cruel.

En resumen, la división de la izquierda es la mayor fuente de éxito de cualquier fuerza conservadora. He puesto dos ejemplos extremos, pero podemos poner ejemplos de todo tipo avalando la teoría de que las diferentes clases de izquierda se pierden en estériles peleas que hacen a la derecha más poderosa y eficaz.

Y esto viene a cuento en la medida en que una parte de la izquierda analiza (y en parte con razón) que la izquierda mayoritaria que en España representa el PSOE ya no es izquierda o es una izquierda descafeinada, esclava del sistema, cómplice necesaria del hundimiento de nuestro nivel de vida.
Por mucho que esto pueda ser así, dejar de contar con los socialistas en una hipotética alianza de la izquierda sería (y más con nuestro sistema electoral) una irresponsable entrega de fuerza a la derecha, y al mismo tiempo, el reconocimiento explícito de que, siendo el PSOE un partido con siete millones de votantes, la izquierda en este país ha pasado a ser testimonial.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que puede pasar de aquí a un tiempo. Lo que yo sí tengo claro es que, a pesar de todas las deficiencias y errores del PSOE, a día de hoy es la izquierda mayoritaria; una izquierda pequeñoburguesa, si ustedes quieren, pero izquierda. Y sin su concurso, es extremadamente ilusorio en las condiciones actuales provocar la caída de una derecha que, cada día con menos complejos, intenta hacer de la crisis su coartada para implantar definitivamente sus doctrinas conservadoras.

1 comentario:

AlesMon dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.